Hombres solos en el bosque

TRUCKLIFE

En la empresa Giehl, los transportes de madera tienen tradición

Dos hombres, cinco camiones MAN y montones de madera en el remolque. Konrad y Georg Giehl afrontan diariamente el reto de cargar y transportar troncos largos con seguridad.

Por la noche, cuando todos aún están durmiendo, se encienden los faros en el patio de la empresa Giehl. Konrad Giehl ya emprende el camino hacia el aserradero con su MAN cargado de 20 toneladas de troncos largos. «La situación más estresante es quedarse atrapado en el tráfico denso con los troncos», nos revela Konrad Giehl para explicar el motivo por el que prefiere empezar entre las dos y las tres de la mañana. Por la misma razón también está contento si no sale del bosque durante todo el día.

«Anteriormente, siempre se estaba contento al volver a salir del bosque, pero hoy en día el verdadero estrés solo empieza fuera, en la carretera».

Sin respeto nada funciona

El trabajo típico con el remolque para troncos largos se parece a un espectáculo con un solo actor en el bosque. Un espectáculo perfectamente ensayado, ya que las sorpresas de cualquier tipo nunca son deseables. Por ello es necesario que cada gesto sea correcto y cada decisión esté bien reflexionada. La manera tranquila y serena en la que Konrad Giehl habla de su trabajo dice mucho sobre su experiencia. Ya hace 32 años que los gigantescos árboles de hasta 21 metros forman parte de su día a día. Esta ocupación tiene tradición en su familia. Su abuelo, que fundó la empresa en el año 1955, y su padre ya eran transportistas de madera. Y él mismo saca cada día con sus camiones MAN, haga el tiempo que haga, las cargas de muchas toneladas de madera del bosque.
«Siempre entro en el bosque por el camino que tengo previsto tomar para volver a salir. De esta manera no me encuentro con sorpresas al pasar después con la carga de troncos largos». No obstante, las sorpresas no se pueden evitar siempre. Por ejemplo, en bosques privados donde las pistas suelen ser estrechas y están invadidas por la vegetación. En curvas estrechas ocurre a menudo que Konrad ya no puede ver el largo remolque y debe estimar aproximadamente la posición de los ejes en base a la posición de la parte delantera de la madera. «Si realmente no hay otra opción, tengo que parar, ir a la parte trasera y mirar dónde está situado el remolque». Como transportista de madera experto sabe que la sobrevalorar las propias capacidades no es una buena idea. 

«Los camiones pueden hacer mucho, pero tampoco se puede atravesar cualquier zanja a la ligera. Cada vez que alguien consigue volcar un tráiler de madera es porque se creía mejor que la tecnología», dice Konrad Giehl convencido.

MAN como socio de confianza 

La combinación óptima es, pues, un transportista de madera que actúa con el respeto necesario y apuesta por la mejor tecnología. Por este motivo, Konrad Giehl y su hijo solo utilizan camiones de la marca MAN. Los vehículos deben ser muy robustos y estar preparados para todas las situaciones meteorológicas, ya sean extremadamente cálidas o frías. «Por eso conducimos MAN. Aportan el mejor rendimiento para nuestras necesidades y representan la combinación ideal de aptitudes para la carretera y todoterreno», afirma Giehl, entusiasta de su flota de vehículos de la marca del león (MAN TGS 26.480 6×4, MAN TGS 28.480 Allrad, MAN TGX 26.640 6×4, MAN TGX 18.480 4×2, MAN TGX 18.440 4×2).

A pesar de todo, un transportista de madera debe estar preparado en todo momento para afrontar situaciones extremas. «De mi padre he aprendido a no confiarme en exceso al conducir el tráiler de madera», explica Georg Giehl, que, entre tanto, ya lleva trabajando seis años en el negocio de la madera. ¿Y si pasa algo a pesar de toda la precaución? «Mantener la calma y no ponerse nervioso». En la voz de Giehl hijo se percibe la misma serenidad de su padre.

Es un trabajo duro, sobre todo en invierno

Este conoce a la perfección todo tipo de situaciones difíciles. Sobre todo durante los meses de invierno, siempre hay que prever complicaciones. «Si tu vehículo completamente cargado y sin cadenas de nieve empieza a deslizarse hacia atrás a diez metros de llegar a la cima, tienes unos dos segundos de tiempo para pensar cómo seguir. En el primer momento se empieza a sentir pánico y se pisa a fondo el freno, pero el camión ya no tiene ningún agarre y simplemente se va deslizando. Entonces hay que obligarse a soltar el freno para poder usar la dirección, porque esto no es posible cuando las ruedas están bloqueadas. Durante estos dos segundos tengo que decidir si entro en el terreno a la izquierda o la derecha. Porque, de todas maneras, ya no es posible retenerlo». Konrad Giehl es práctico hasta el final. No sería posible de otra manera:

«Allí fuera, cada transportista de madera depende de sí mismo». 

Tomamos nota: la próxima vez que nos crucemos en la carretera con un tráiler de troncos largos, no lo miraremos simplemente de paso, sino con una porción extragrande de respeto ante la habilidad de su conductor.

Fotos: © Klaus Hepp