Esta aventura no podría comenzar sin ellas

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Pauline y Romane han participado en su primer Rallye Aïcha des Gazelles

Pauline Bocquet y Romane Spindler, dos aventureras que trabajan en MAN Truck & Bus Francia, conquistaron las dunas del desierto marroquí en un MAN TGE con motivo del 30.° aniversario del Rallye Aïcha des Gazelles.

El Rallye Aïcha des Gazelles es una carrera que se celebra en la zona interior de Marruecos desde 1990 y en la que solo pueden participar mujeres. «Es difícil explicar todo lo que vivimos», empieza contando Pauline sobre su primera participación en este rally del desierto. «Como todo el mundo, tuvimos momentos de duda, alegría y decepción».

Pero empecemos por el principio. Cuando Pauline se entera de la propuesta de MAN Truck & Bus Francia para participar en el rally con un MAN TGE 4×4, se apunta al instante: «Quise participar de inmediato», dice la joven, que trabaja como gestora de proyectos digitales en la gestión del servicio al cliente en MAN y que, de hecho, presenta su candidatura junto con una compañera. Cuando esta compañera abandona, Romane entra en escena: «No sabía nada de la propuesta antes de la oferta de MAN. Cuando vi que la plaza era gratuita, me dije a mí misma que no podía perderme esa aventura», recuerda la empleada de MAN DigitalServices.

Tuvieron que realizar todos los preparativos igual de rápido que cuando decidieron participar en la carrera en el desierto. Las dos pilotos asistieron a un curso de navegación de un fin de semana, en el que aprendieron a entender mapas, a trazar coordenadas geográficas y a utilizar la brújula. Un segundo fin de semana se dedicó a la formación en el terreno, en el que practicaron la conducción del vehículo en pistas similares a las del desierto. Además de conducir y navegar, las dos aprendieron a cambiar una rueda y se familiarizaron con el equipamiento de su MAN TGE.

«Como el rally se pospuso varias veces, hicimos ejercicios regulares de navegación. Y también pasamos tiempo con los instructores del MAN TGE practicando juntos trabajos que podemos hacer en el desierto, como comprobar los niveles de llenado o sellar fugas».

Por supuesto, también aparecieron las dudas y preocupaciones días antes

«Mi mayor preocupación era estar sola en el desierto con una compañera a la que apenas conocía. Tenía miedo de estar aislada del mundo exterior durante ocho días sin contacto con mis seres queridos», describe Romane sus preocupaciones antes del rally. Pero al final, todo pasó tan rápido que apenas tuvieron tiempo de sentirse tristes por la separación.Pauline estaba más preocupada por no haber pensado en todo o por no tener suficientes conocimientos técnicos sobre el vehículo. Pero sus preocupaciones no se confirmaron en ningún momento del rally.

Y junto con esas preocupaciones, también había una gran expectación por la experiencia del desierto por parte de ambas: «Tenía ganas de ver paisajes hermosos y salir de mi zona de confort», recuerda Romane. «Tras más de un año de confinamiento y toque de queda, estaba deseando recuperar algo de libertad».

Su compañera Pauline esperaba con emoción esta experiencia completamente nueva y diferente, que pudo realizar cuando finalmente llegó el momento: «Nuestro vehículo se atascó varias veces y hubo que desenterrarlo. Al anochecer, a veces nos sentíamos completamente perdidas, ya que dormíamos solas en el desierto marroquí», dice Pauline. Pero, sobre todo, recuerda la experiencia humana: «Hemos podido intercambiar mucho entre nosotras. Al principio solo entre nosotras, pero luego también con los otros equipos».

Además de las experiencias personales de las dos mujeres, también se llevaron un resultado de carrera más que respetable: consiguieron el cuarto puesto en su categoría y el primero en la clasificación de participantes noveles. «Queríamos llegar hasta el final», dice Romane. «Conseguimos llegar sin tener que utilizar la asistencia técnica y terminamos en una posición muy buena. Estamos muy contentas».

¿Convirtió eso en adictas al rally a las dos francesas? «Durante la prueba dijimos que no volveríamos a hacerlo porque era agotador», dice Pauline. «Desde que estamos en casa solo queremos volver a participar», cuenta riendo. Y su compañera de equipo Romane incluso añade algo más:

«Desde que participé en este rally, me encantaría participar en el Rally Dakar. No tengo ni la licencia de camión, pero sería un sueño».

Pauline se apuntaría seguro: «A la vuelta, nos prometimos continuar esta experiencia viviendo juntas aventuras en las que nos superemos a nosotras mismas. El Dakar sería ideal para ello».