Transporte de muebles de lujo

TRUCKSTOP

Willms Spedition lleva más de 100 haciendo mudanzas en Wilhelmshaven.

La empresa siempre ha funcionado como un equipo formado por padre e hijo y con MAN como primera opción en cuanto a vehículos, algo que tampoco ha cambiado desde 1978.

Por supuesto, su último camión es también un león, un MAN TGX 18.430 con una imagen impactante. Sascha Willms es el cuarto hombre de su familia que, después de su bisabuelo, su abuelo y su padre, se deja entusiasmar por la conducción de camiones y el transporte de muebles. La fiebre del diésel le fue transmitida por su padre Udo, con quien ahora dirige el negocio familiar. En su día, Udo se formó como transitario en otra empresa y, en 1982, se incorporó a la empresa de transportes que había fundado su abuelo en 1919. Sascha lleva en la empresa desde 1999. Además de conducir, se encarga de organizar las mudanzas y del departamento de recursos humanos.

«Está familiarizado con los camiones y con MAN desde la cuna.»

Su amor por los vehículos de la marca del león llega hasta tal punto que le cuesta desprenderse de los camiones que acaban envejeciendo y dejando la actividad. «Ninguno de los antiguos vehículos sigue en servicio», se lamenta. Sobre todo, este hombre de 42 años sigue llorando por aquel primer MAN con el que Willms transportaba muebles. Se trataba de un diseño especial con una cabina 20 centímetros más larga, con suspensión neumática para subir y bajar, y que disponía de seis plazas. El padre de Willms también recuerda bien aquel león especial.

En aquel momento, su padre se había desprendido de un camión de otra marca hacía un año y medio y encargó un MAN. «Eso fue en 1978 y, desde entonces, seguimos con MAN», dice Willms. Desde entonces, la serie pesada de MAN ha estado en servicio en Willms Spedition trabajando con toda fiabilidad: desde el MAN F8 hasta el MAN F90, pasando por el MAN TGA, todos ellos han formado parte de la empresa de transportes de Willms. Para la nueva incorporación a la empresa, no se planteó ningún otro vehículo que no fuese el MAN TGX de la actual generación de camiones MAN. Los requisitos específicos de Sascha respecto del nuevo vehículo parecían inicialmente difíciles o casi imposibles de cumplir. Afortunadamente, tuvo a su lado al hombre adecuado, el comercial de MAN Matthias Jung, que planificó e ideó meticulosamente el vehículo hasta el último detalle con el joven empresario.

«Necesitaba que el vehículo fuese de plataforma baja, lo que se conoce como low liner», dice Sascha. Dado que la nave utilizada por Willms solo tiene una altura de 3,85 metros, el vehículo debía poder bajarse para poder acceder a ella. Al mismo tiempo, el MAN debía ganar en altura de carga. Para ello, no se instaló ningún subchasis bajo la carrocería, lo que permitió ahorrar 15 centímetros. «Aquí arriba, somos prácticamente los únicos con esta altura de carga», dice Sascha con orgullo.

Sascha también ha pensado mucho en el aspecto de su nuevo león. «Quería un coche que llamase la atención, pero sin ser llamativo a cualquier precio, sino de forma sutil», explica el chófer y empresario. Un acento especial lo aporta el llamativo color Rosso Brunello, que lo hace destacar entre los demás vehículos de color rojo mate de Willms por su brillo metálico. «Vuestro color destaca, ya que no se ve tan a menudo», es algo que Sascha escucha frecuentemente. Su plan de tener un hermoso camión en la flota que sea recordado ha funcionado. Además de su pasión por su profesión y su amor por los vehículos MAN, padre e hijo también comparten la pertenencia desde hace tiempo al club de chóferes Trucker’s World by MAN: Llevan 16 años siendo miembros. «Entramos a la vez», dice el padre Willms. Él mismo sigue conduciendo camiones «cuando hay algún fuego que apagar», ríe. Por lo demás, sabe que la empresa está en buenas manos con su hijo Sascha y los vehículos MAN.